"No existe en Colombia una tradición seria de crítica y de debate académico. Esta se encuentra aún en proceso de formación. Desgraciadamente, el dogmatismo cultural y la intolerancia reinantes en el país a través de toda su historia, han tendido también a invadir las aulas universitarias y los centros de investigación científica, evitando que se consolide lo que debiera ser la esencia de la universidad y la investigación científica, esto es, la producción de un saber y una cultura libres en un ambiente de fuerte discusión democrática. El objeto de este artículo es entonces contribuir a la consolidación de ese ambiente de discusión democrática al cual aspiramos, a través de la crítica del ensayo de interpretación de la violencia homicida publicado en el número 2 de Coyuntura Social, editado conjuntamente por el SER y FEDESARROLLO. Esta interpretación, que confiere el peso esencial de la violencia homicida al narcotráfico, nos parece desafortunada en sus precipitadas conclusiones. Por ello, debido a la importancia del tema, al fundamentalismo ético con el que es tratado usualmente el tema del narcotráfico, y al prestigio académico de estas dos instituciones que da gran autoridad social a sus conclusiones, nos parece necesario discutir críticamente ese texto. Para ello veremos inicialmente (I) la metodología empleada por los investigadores, para luego criticar la consistencia del planteamiento (II) y, finalmente (III), hacer unas consideraciones generales sobre los efectos sociales perjudiciales de ese tipo de planteamientos."