"La política económica enfrenta en este momento el difícil problema de llevar adelante el proceso de cambio estructural con el cual se comprometió, y que goza del respaldo de la gran mayoría de la opinión, y enfrentar el serio desajuste de corto plazo que representa la aceleración inflacionaria, lo cual es inaplazable. El reto proviene del hecho de que la meta de flexibilizar el funcionamiento de varios sectores de la economía, eliminando las restricciones y normas que lo limitaban, reduce necesariamente la discrecionalidad de la política económica para controlar la situación de corto plazo. En la actual coyuntura se ha intentado también usar instrumentos de largo plazo relacionados con la apertura que pueden contribuir a la solución del problema inflacionario. Este es el caso de la aceleración del proceso de liberación de importaciones y la desgravación selectiva. Las proyecciones sobre el crecimiento de la economía en 1991, basadas en el modelo de equilibrio general computable de la economía colombiana que ha desarrollado Fedesarrollo, no son muy optimistas, coincidiendo así no sólo con las de otros analistas sino con las del propio gobierno. Para ellas se tuvieron en cuenta los anuncios de política del gobierno, y algunos supuestos sobre el comportamiento de variables exógenas. Se estima que la tasa de crecimiento estará alrededor del 2%. Las proyecciones sobre inflación que resultan consistentes con los escenarios anteriores, revelan la posibilidad de un relativo éxito en la lucha contra la inflación pues ésta, si bien no se reduciría a los niveles esperados por las autoridades, sí lo haría a un nivel de 25%."