"El desempeño reciente de la economía muestra signos muy positivos. El crecimiento económico se aceleró en 1993 por en del 4%, superando las tasas de los dos años anteriores. La inflación se redujo cerca de tres puntos, llegando cerca de la meta que se estaba persiguiendo desde 1991. La inversión privada continúo aumentando, tanto en bienes inmuebles como en maquinaria y equipo para los sectores productivos. La tasa de desempleo urbano se redujo y el déficit fiscal se mantuvo semejante al año anterior y dentro de las metas para 1993. No obstante estos signos positivos, han venido creciendo los temores de que estén incubándose problemas que puedan minar las posibilidades de crecimiento económico futuro. Estos temores surgen de los cambios que han venido experimentando los precios relativos de la economía. Es indudable que ésta es la reacción económica que cabía esperar del fortalecimiento del sector externo y de la abundancia de divisas. Lo preocupante es que haya sido acentuada en forma indebida por el gasto público, cuyo crecimiento en 1993 supera el 30%, en adición al aumento que ya había experimentado en 1992. Tarde o temprano el gasto público tendrá que retornar a ritmos normales de aumento, compatibles con las tendencias del crecimiento de la economía en el largo plazo, que en las dos últimas décadas han sido próximas al 4% anual. La exagerada expansión del gasto público ha hecho surgir dudas sobre las tendencias futuras de la inflación. Hay serios indicios además de que la meta de inflación del 19% para 1994 no cuenta con la más alta credibilidad, dadas las aspiraciones declaradas de nuevos aumentos del gasto público."