"No surtieron efecto las medidas que adoptó en marzo la Junta Directiva del Banco de la República con el objeto de restringir la expansión del crédito interno y las entradas de capitales del exterior. Los intermediarios financieros aprovecharon la posibilidad de desembolsar créditos ya aprobados, expandiendo la cartera a un ritmo superior al 40% anual. Por su parte, la entrada de recursos financieros externos con destino al sector privado alcanzó su más alto nivel. Como era previsible, los nuevos créditos externos empezaron a ser contratados a plazos superiores a 36 meses, para evitar los depósitos exigidos a los recursos de más corto plazo. El gobierno intentó llenar estos vacíos elevando los requisitos de capital de las entidades financieras, con el argumento de que la rápida expansión de la cartera estaba incrementado los riesgos del sistema. Aunque había razones fundadas para temer un aumento de los niveles de riesgo, se acudió a un instrumento equivocado para enfrentar el problema. La decisión de elevar los requisitos de capital pone sobre el tapete el conflicto de competencias que existe entre el Ministerio de Hacienda y la Junta Directiva del Banco de la República en relación con la regulación financiera y crediticia. Ante el fracaso de las medidas de control crediticio, Fedesarrollo insiste nuevamente en la necesidad de una mayor disciplina fiscal y en la adopción de medidas efectivas para detener los flujos de capitales, como instrumentos para moderar la demanda agregada. También recomienda, una política activa de tasas de interés, que ayude a moderar el crecimiento de los medios de pago y la expansión del crédito doméstico."