"Como lo han enfatizado recientemente varios analistas, el desempeño de la economía colombiana fue relativamente favorable durante la década de los años ochenta si se le analiza dentro del contexto latinoamericano. Si bien las comparaciones internacionales presentan diversos problemas, no solo por la inconsistencia de las cifras sino por la multiplicidad de criterios que existen para evaluar los resultados, no cabe duda de que en Colombia se logró corregir la presencia de grandes desequilibrios macroeconómicos con mayor éxito que en la mayoría de los países del área. En primer lugar, sobresale el mayor dinamismo de la producción colombiana en los últimos años de la década, este fenómeno, aunque mucho menos marcado que en Chile o Brasil, contrasta con las experiencias negativas de Perú, México y Argentina. En segundo lugar, el balance del sector externo, donde se manifestó en forma más patente la crisis de 1982-84, mejoró notablemente. En los resultados anteriores contribuyeron no solo factores relativos al manejo de instrumentos de política de corto plazo: la mini bonanza cafetera de 1986, y los resultados productivos de las grandes inversiones estatales que se hicieron en el sector minero durante la primera mitad de la década, jugaron un papel importante. Sin embargo, lo más importante de resaltar aquí es que, simultáneamente con los avances descritos, la inflación, el crecimiento de los medios de pago y el déficit fiscal se mantuvieron bajo control. Así, mediante lo que ahora se llama informalmente "gradualismo a la colombiana", la economía logró reducir los desequilibrios externo y fiscal sin generar una recesión fuerte o hiperinflación. No obstante los éxitos logrados en materia de ajuste de corto plazo, como se analizará posteriormente, la economía colombiana presenta diversos síntomas de debilitamiento. "