"El último bienio de la década de los ochenta se caracterizó por un deterioro en el dinamismo de la actividad productiva y una preocupante aceleración de la inflación en la economía colombiana. Las cifras disponibles a mediados de 1990 permiten predecir, con un grado relativamente alto de certidumbre, que el crecimiento del PIB real en este año se colocará entre el 3.3% y 3.7%, es decir, no habrá un cambio importante en la tendencia de crecimiento de los últimos años. Para 1991 Fedesarrollo estima una reducción de dos o tres puntos porcentuales, y un crecimiento de real de la economía de 3.2% aproximadamente. El deterioro en estos dos indicadores macroeconómicos básicos ha venido acompañado por una mejora sustancial en la cuenta corriente de la balanza de pagos y una disminución en el balance de operaciones efectivas del sector público consolidado. Dados este escenario externo y fiscal, el ajuste macroeconómico global implicó un aumento en el exceso del ahorro sobre la inversión del sector privado durante 1989. La disminución en el ritmo de crecimiento de la actividad económica general se debió a una combinación de factores exógenos y endógenos a la situación económica. La corta duración de la expansión económica acelerada (1986-87), así como la tremenda inestabilidad en las fuentes de crecimiento, condujo a las autoridades del gobierno Barco y a diversos analistas a sugerir la necesidad de revisar las características estructurales de la economía y el "modelo" de desarrollo que se venía adoptando hasta el momento. El gran reto de política económica en este momento constituye el poder avanzar en el proceso de modernización y apertura, logrando financiar y realizar una reestructuración económica global sin generar grandes desequilibrios macroeconómicos de corto plazo. "