"Sería deseable que el Gobierno ayudara a amortiguar la desaceleración económica con un programa vigoroso de inversión en infraestructura que, además, contribuyera a la competitividad futura de nuestra economía. Pero no va a suceder, por varias razones. El Ministerio de Transporte desaprovechó los buenos tiempos para financiar e iniciar una serie de obras claves para nuestro futuro. Peor aún, el Gobierno no ahorró recursos para la destorcida y tendrá que reducir el presupuesto aprobado hace apenas un mes porque no habrá como financiarlo en su totalidad, con lo cual agravará la desaceleración. Los recaudos tributarios, los ingresos por privatizaciones y el crédito externo privado serán inferiores a lo presupuestado. Los mayores préstamos recién acordados con la banca multilateral y la más ambiciosa emisión de TES compensarán apenas parcialmente esos faltantes. El Ministro de Hacienda reconoció esta triste realidad el Jueves pasado en el Debate de Coyuntura Legislativa auspiciado"